lunes, 17 de febrero de 2014

70 Días Para El Lanzamiento: El Inicio De Una Gran Aventura



Las mañanas del domingo nunca me han despertado ninguna clase de entusiasmo. El motivo principal es que tengo la sana costumbre de emborracharme un día a la semana, y ese día suele coincidir con el sábado.

Así pues, las mañanas del domingo las paso demasiado ocupado en tener dolores de cabeza, la boca pastosa y todo el surtido de efectos que suele provocar una ingesta desmesurada de alcohol, como para pensar en lo bello de cualquier tipo de mañana.



Pese a ello, la de hoy podría haber sido una magnífica mañana de domingo..., de no ser porque es martes por la tarde.



Quitando ese pequeño obstáculo, la mañana ha sido espléndida. Ha amanecido muy temprano, como viene siendo habitual. Sería injusto no reconocer que, como viene siendo costumbre también, el día me ha ganado la partida en ese aspecto. Por poco, eso sí. No es que me enorgullezca de ello, pero en uno de los muchos tumbos que he dado en mi vida he acabado en un trabajo, algo que nunca se me había pasado por la cabeza. Y lo que es peor, en uno por culpa del cual hay que madrugar, cosa que tampoco entraba en mis planes de vida. Pero tiene su parte buena también, trabajo poco. Soy empleado de correos en la oficina de mi pueblo. No es un pueblo muy grande, así que la mayor parte del día lo paso leyendo el periódico, deportivo, y revistas, de esas que salen mujeres ligeras de ropa. Otra ventaja es que se me extravía menos correo, o sólo se me extravía el que me conviene a mí...



No ha sido el caso de hoy. He recibido una carta que llevaba semanas esperando. Había contestado a un anuncio en el que pedían voluntarios para un viaje, y me han contestado: “... recibida su solicitud, y una vez comprobado que reúne todas las cualidades que pedíamos, nos complace comunicarle que ha sido preseleccionado para el viaje. En breve recibirá el billete de avión para que se presente en la Agencia...”



Todo esto no se si dice mucho a mi favor o no. Buscaban a alguien que no tuviera ataduras de ningún tipo. Alguien que pudiera estar fuera de casa por un tiempo indefinido, porque nadie le echaría en falta. Alguien que, incluso, diera igual si no acabara el viaje. En definitiva un desgraciado, como yo.



Aunque a mi todo esto no me afecta. Es por eso por lo que les escribí. Puede ser divertido un viaje a lo desconocido. Sobre todo para mí, que lo más lejos que he estado de mi casa fue, cuando hicimos el viaje de fin de curso, a Murcia. Una muy bella ciudad, y de gran interés cultural, no para mí, por supuesto, pero lo tiene. Como tiene otra peculiaridad, sólo dista un centenar kilómetros de mi pueblo natal. Así que, no se me podría catalogar de trotamundos, precisamente. Pero tengo decidido que quiero dar un cambio de rumbo a mi vida, y si eso conlleva un viaje lejos de mi hogar, bienvenido sea.



Claro que tampoco sé cuál es mi destino en este viaje, según dicen en la carta sólo me lo dirán si soy la persona seleccionada. Ya me jodería que me mandaran a Murcia...



Para no dejar que todos estos pensamientos me aturdieran o empañaran la que considero una buena noticia, he tomado dos decisiones: empezar una especie de diario en el que dejar plasmado todo lo que me ocurra, hasta que deje de ocurrirme, y compartir la noticia con alguno de mis amigos en Mike’s, el club del pueblo.



Mike’s está en un extremo de la Avenida Francisco de Miranda, la calle principal del pueblo, y es una mezcla poco convencional entre restaurante, sala de fiestas y club de alterne, por lo que la clientela es siempre muy variada, a pesar de lo pequeño del pueblo. Y lo que esa mezcla poco convencional, en otro pueblo o ciudad más grande podría llevar a que todos y cada uno de los clientes se sintieran incómodos o fuera de lugar, en el mío resulta de lo más cotidiano. Ojo, no estoy diciendo que abunden los adulterios, porque no es así. Las relaciones de pareja se respetan siempre, o al menos más que en otros lugares. Pero debo reconocer que no somos un pueblo demasiado típico, y así puedes encontrar en el club de Miguel a una familia celebrando un cumpleaños, al jefe de policía, Constantino, actuando como Drag Queen y a mí, junto con mis amigos, tomando copas o intentando relacionarnos con alguien del sexo opuesto. Se podría decir que es el centro neurálgico del pueblo, por lo tanto no podía hacer otra cosa más que aparecer por allí y celebrarlo con la poca gente que me aprecia y a la que, a lo mejor, voy a dejar de ver durante un tiempo indefinido.



- Hola Alejo, ¿qué tal todo? - Era Miguel, desde su sempiterna posición tras la barra del local. Miguel es uno de mis amigos, tenemos la misma edad y fuimos compañeros de clase y de travesuras. Es un buen tipo, aunque cuide su aspecto demasiado para el gusto de la mayoría de los hombres del pueblo. Porque suelen surgir comparaciones con él, más que nada. A las mujeres del pueblo les resulta atractivo. A mí me resulta todo lo atractivo que le puede resultar a un hombre heterosexual otro hombre: en privado diría que no está mal, y en público..., negaría haberlo dicho jamás.



- Hola Miguel, chicos... - Deje caer las palabras con el cansancio que en mi era habitual, no quería desvelar la noticia nada más entrar.



Como había previsto, ya que lo contrario habría sido insólito, allí estaban la mayoría de mis amigos: Pablo, el esquizofrénico más majo imaginable, pacifista hasta la médula, antiviolencia como el que más, y dueño de un campo de tiro, pero ya está mejor de lo suyo, sólo tiene cuatro personalidades a día de hoy. Jaime, uno de los maestros del pueblo, de ese tipo de personas que es casi imposible que le caiga mal a nadie, aún sin conocerlo, ya que hasta su físico ayuda a confiar en él. Y Raimundo, que ahora dice que es detective privado, y que anteriormente fue acomodador del Luxor, el cine del pueblo, y bedel de la biblioteca.



- ¿Cómo os va todo? - Quería comprobar contra qué competía mi noticia.

- Bueno, Raimundo nos estaba hablando del caso que tiene entre manos. - Explicó Jaime.

- ¿Sigues con lo del gato de la mafiosa?

- No es mafiosa, sólo la mujer de un capo de la mafia - La respuesta de Raimundo fue más instantánea que un descafeinado de sobre.

- Coño, Raimundo, no te me pongas así, ni que fuera tu novia.

- Pues porque ella no querrá... Y porque yo aprecio mucho mi vida, aunque sea monótona. - Raimundo es un insensato, pero es el insensato más sensato que he conocido.- ¿Y tú cómo lo llevas, Alejo?

- Bueno, bien, hoy he recibido algo que llevaba tiempo esperando...

- ¿La cera ignífuga para tu coche? ¿Cómo puede ser tan memo como para comprar cosas de un tele tienda? - Miguel interrumpió mi pausa dramática.

- No, ya hace tiempo que no pido cosas de esas...

- Pues el nuevo Playboy tampoco será, porque eso no se suele retrasar... - Esta vez el gracioso de turno era Raimundo.

- No, tampoco es eso... - Mi frustración iba en aumento, así como mi cabreo.

- No me lo digas, no me lo digas... - Como no podía ser de otra manera, Pablo trataba de unirse al mamoneo reinante.

- Sí, sí que te lo digo porque ya cansan las coñitas. - Esta vez interrumpí yo, tan cortante como una radial.

- Bueno hombre, no te pongas así, que tu tambien nos lo haces a nosotros.

- Lo sé, Jaime, lo sé... Bueno, lo que he recibido es una carta de la Agencia, diciendo que han aceptado mi solicitud para pasar las pruebas, bla bla bla... Así que, con suerte, me perderéis de vista un tiempo. Y con mucha suerte, me perderéis de vista todo el tiempo.

- Hala, ya está haciéndose el mártir... Joder, Alejo, si sabes que en el fondo te apreciamos. - Dijo Raimundo.

- Sí, en el fondo... ¿de qué? Es igual, no contestéis ninguno que os veo venir. Miguel, pon una ronda a la que le veamos el fondo, que debe ser a lo que se refería Raimundo.

- Ahí le has dao. - Dijo Raimundo, desenfundando las palabras más rapido de lo que lo haría con su pistola.



Después de pagarles varias rondas a los chicos, y unas cuantas menos a mí mismo, me marché a casa con la alegría de la noticia recibida, pero con algo de tristeza por si estas rondas eran las últimas con ellos. ¿Y si me lo pienso mejor? Puede que no sea tan desgraciado, aún tengo amigos, una madre... Lo mejor será que me vaya a la cama y descanse. Total, no es seguro que me elijan a mí, así que, mejor no adelantemos acontecimientos.


Continúa aquí...

11 comentarios:

  1. Deseando estoy de leer la continuación! Enganchan tus personajes!

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    1. Pronto en sus pantallas la continuación... jejeje. Me alegra que te sigan gustando mis escritos y mis personajes.

      Un besin!

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  2. Se lee de principio al fin con total interés, el interés que provoca un relato muy bien escrito. ¡Genial!!!. Un saludo.

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  3. Me encantó y quiero saber como sigue!

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  4. Gracias Isabel. Continuará apareciendo por este blog el bueno de Alejo.

    Un saludo!

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  5. Me agrada como empieza. Suenan muy "sospechosos" los requisitos pedidos por la Agencia.

    Un saludo.

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    1. Te advierto (por si no queda suficientemente claro) que esta historia no hay que tomarla muy en serio. Quiero desengrasarme yo, y a vosotros, de tanta matanza, jajaja. Esto pretende ser más cómico. :)

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  6. Me gusta! no tengo mucho tiempo la verdad pero si algo me engancha me quedo! Felicidades.

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    1. Muchas gracias, Olga, se bienvenida siempre que quieras, puedas o te apetezca.
      Saludos!

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  7. Acá estoy! lo bueno de leer con retraso es que puedo leer más capítulos ijiji y ahora sabré qué pasaaaa!!
    Abrazos Ramón!

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